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Aunque toda la región del Duero está rodeada por una formación geológica de naturaleza granítica. Por lo tanto, los suelos están compuestos esencialmente por derivados de esquisto.
La particularidad del Duero radica en su ubicación geográfica. Rica en profundos valles protegidos por el relieve montañoso, la región es conocida por sus duros inviernos y veranos calurosos y secos.
El Duero ofrece grandes vinos blancos que merecen ser conocidos. Los vinos blancos secos son una mezcla de varias variedades como Malvasia Fina, Visinho, Gouveio y Rabigato.
Vinos blancos para beber jóvenes: de color pálido, con refrescantes aromas frutales y florales, en boca son equilibrados, mostrando su juventud.
Vino blanco “de garde”: tienen una buena intensidad y complejidad aromática y generalmente han fermentado o permanecido en madera, en cuyo caso tienen un color dorado y aromas tostados y de frutas tropicales. La mayoría de estos vinos llevan la denominación "Reserva" y "Grande Reserva" (Cru o Grand Cru).