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Andalucía tiene una tradición milenaria en el cultivo de la vid y en la elaboración de vinos de gran prestigio y renombre en todo el mundo. La topografía, la geología y el clima de los suelos andaluces son excelentes para el cultivo de la vid. El clima mediterráneo y los diferentes microclimas, las temperaturas medias muy suaves, las escasas heladas y el granizo, las muchas horas de sol durante el año, un fuerte contraste de altitudes y el sistema de cultivo, son el origen de unos vinos de gran calidad, muy variados y muy característicos.
Esta tendencia a la producción de prestigio ha continuado hasta nuestros días. Más del 70% de los viñedos andaluces cuentan con una de las seis denominaciones de origen controladas establecidas y amparadas por sus respectivos Consejos de Denominación de Origen Controlada. Además de estas denominaciones, existen 16 indicaciones geográficas (vins de pays), así como otros vinos históricos sin denominación pero que gozan de gran popularidad, como Tintilla de Rota, Pajarete y Moscatel de Chipiona, mosto del Aljarafe, etc.
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