El Domaine Ghislaine Barthod, situado en el corazón de Borgoña, en Chambolle-Musigny, es reconocido actualmente como uno de los grandes nombres de la Côte de Nuits. Esta explotación familiar, transmitida de generación en generación, se ha forjado un lugar privilegiado gracias a un rigor ejemplar y a una voluntad constante de hacer surgir la expresión más pura del Pinot Noir.
Ghislaine Barthod, al frente de la propiedad, encarna la elegancia y la finura de los grandes vinos de Borgoña. Desde que tomó el relevo de su padre Gaston, ha seguido una política de trabajo de precisión, tanto en el viñedo como en la bodega. Los viñedos, de una decena de hectáreas, están plantados en parcelas excepcionales de Chambolle-Musigny, un terruño famoso por producir vinos de gran elegancia, sutileza y profundidad.
La fuerza del Domaine Barthod reside ante todo en la meticulosa atención prestada a cada etapa del proceso de vinificación: las uvas se vendimian cuidadosamente a mano, se lleva a cabo una selección draconiana para garantizar que sólo se conserven las mejores y el trabajo en bodega se reduce a lo esencial para permitir que el terruño se exprese plenamente. El principal objetivo de Ghislaine Barthod es producir vinos que reflejen sus orígenes, sin artificios, con una búsqueda constante del equilibrio, la finura y la pureza.
Entre las cuvées más emblemáticas se encuentran los vinos de pueblo de Chambolle-Musigny, por supuesto, pero también los codiciados Premiers Crus como «Les Charmes» y «Les Fuées», que destacan por su complejidad, sedosidad e impresionante potencial de envejecimiento. Se trata de vinos raros, apreciados por los entendidos de todo el mundo, que seducen por su capacidad para combinar la delicadeza floral con la profundidad mineral.
En resumen, el Domaine Barthod encarna todo lo que la Borgoña puede ofrecer en términos de autenticidad y refinamiento. Se trata de una propiedad que, lejos de las modas, sigue ofreciendo vinos sinceros, reflejo de un terruño único y de un saber hacer transmitido con pasión. Para quien desee descubrir la verdadera firma de Chambolle-Musigny, una botella de Barthod es una experiencia inolvidable.