El Domaine Duroché es uno de los productores más discretos pero respetados de Gevrey-Chambertin, en el corazón de Borgoña. Propiedad familiar desde hace varias generaciones, se ha convertido en una referencia clave de la Côte de Nuits, donde el Pinot Noir alcanza su máxima expresión de elegancia y precisión.
Historia y Tradición Familiar
Fundado a principios del siglo XX, el dominio sigue siendo un proyecto familiar profundamente arraigado en Gevrey-Chambertin. Hoy en día, Pierre Duroché, representante de la quinta generación, lidera la bodega con una filosofía artesanal rigurosa y un respeto absoluto por el terruño.
Con 11 hectáreas de viñedos, el Domaine Duroché cultiva algunas de las parcelas más prestigiosas de la denominación, en categorías Village, Premier Cru y Grand Cru.
Un Terruño Singular y Viticultura Sostenible
El viñedo se gestiona de forma sostenible, priorizando la biodiversidad y la salud del suelo. Las uvas se cosechan a mano y se seleccionan cuidadosamente para asegurar la mejor calidad.
La vinificación sigue métodos tradicionales: fermentación con levaduras autóctonas en cubas abiertas y crianza suave en barricas de roble, en su mayoría usadas, para preservar la identidad pura de cada parcela.
Los Vinos
Los vinos de Duroché destacan por su pureza, finura y capacidad de envejecimiento. Elaborados exclusivamente con Pinot Noir, combinan potencia, frescura y elegancia. Aromas de frutas rojas, violetas y notas sutiles de sotobosque se despliegan sobre una estructura precisa y mineral.
Cada cuvée refleja fielmente una parcela concreta del terruño de Gevrey.
Un Nombre Muy Cotizado
Altamente valorado por la crítica internacional y muy buscado por coleccionistas, el Domaine Duroché se ha convertido en uno de los nombres más codiciados de la Borgoña actual. La producción limitada hace que sus vinos sean cada vez más difíciles de encontrar.
Consejos de Cata
Servir entre 16 y 18 °C, tras una breve oxigenación. Ideal con carnes rojas a la parrilla, aves en salsa o quesos curadoscomo el Comté o el Époisses. Puede disfrutarse joven por su frescura, o guardarse para ganar complejidad.