alheit vineyards monument semillon 2020

Situada en la región sudafricana de Walker Bay, Alheit Vineyards es una finca familiar fundada en 2011 por Chris y Suzaan Alheit. Impulsada por el deseo de lograr la expresión más auténtica de este terruño excepcional, la pareja elabora vinos blancos que se cuentan hoy entre los vinos sudafricanos más fascinantes. Tras conocerse en la Universidad de Stellenbosch, Chris y Suzaan Alheit, apasionados por la viticultura, viajan por todo el mundo (California, Australia, Alemania, Francia) para desarrollar sus habilidades vitivinícolas mientras siguen perfeccionando su aprendizaje con Eben Sadie , uno de los mayores enólogos de Sudáfrica. La pareja se trasladó a la finca Hemelrand, cerca de Hermanus, en 2010 con la ambición de revelar el potencial de los antiguos viñedos sudafricanos de Chenin y Sémillon. Socios en la bodega y en el viñedo, los Alheit se rodean de otros viticultores apasionados, entre ellos Peter Allan Finlayson, de Domaine Crystallum. Chris y Suzaan Alheit presentaron su primera añada en 2011 con su cuvée Cartology, que rápidamente propulsó la finca a la vanguardia de la escena vinícola internacional. Los viñedos de la familia Alheit se extienden sobre 21 hectáreas de viñedos repartidos en 8 viñedos en el Cabo Occidental: Skurfberg, con suelo arcilloso y arena roja, Piekenierskloof, Paardeberg, Bottelary Hills con laderas empinadas compuestas de granito con un poco de esquisto, Tygerberg, Franschhoek con arenisca rica en cuarzo y suelo de granito, False Bay con influencias marítimas y Hemel & Aarde. Compuestas en su mayoría por viñas viejas de Chenin Blanc de secano y cultivadas en vaso, estas parcelas, algunas a más de cinco horas de distancia de las bodegas de la finca, se seleccionan cuidadosamente por su variado terruño y su herencia única en el mundo. Esta variedad de uva de origen bordelés está presente en Sudáfrica desde hace más de 350 años. Durante este periodo, la variedad "francesa" tomó un camino y la versión Sud-Af otro. De hecho, era imposible comprarla a un viverista de los pies. El intercambio entre vecinos ha permitido hoy una selección masiva que ofrece mutaciones de la variedad de uva y de su propio ADN. Esta parcela es el ejemplo perfecto con la posibilidad de encontrar Sémillon gris, verde, rosa, dorado y blanco. El vino resultante es una delicia de complejidad en torno a cítricos, miel y almendras. El paladar es amplio con una agradable acidez "madura".