chateau lagrange les fiefs de lagrange 2013

Clasificado como Grand Cru de Saint-Julien en 1855, el Château Lagrange se remonta a la Edad Media. Sin embargo, es recién en el siglo XVIII que se dedica a la viticultura, recibiendo al mismo tiempo los célebres cumplidos del embajador estadounidense Thomas Jefferson quien la coloca en el 3er rango de su clasificación personal. Después de un período de crisis en los siglos XIX y XX (filoxera, guerras mundiales), la propiedad resurgió gradualmente de sus cenizas, gracias en particular a su adquisición por parte del grupo familiar Suntory, que planeó importantes obras de renovación en 1983. Hoy, Château Lagrange se compromete a elaborar vinos con el mayor respeto por la naturaleza. Se reduce su huella ecológica y se fomenta la biodiversidad (colmenas, ganadería ovina y trescientas especies de árboles). El proceso de elaboración del vino es igual de sofisticado: el equipo de una treintena de personas realiza selecciones parcela a parcela y métodos que aúnan tradición e innovación. En cuanto a las variedades de uva (70% Cabernet Sauvignon, 25% Merlot y 5% Petit Verdot para los tintos y 80% Sauvignon Blanc, 10% Sauvignon Gris y 10% Semillón para los blancos), se cultivan en laderas de grava, recolectadas por mano y vinificado en depósitos de acero inoxidable para preservar la delicadeza de la fruta. Los vinos son envejecidos en un 50% en barricas nuevas. El segundo vino de Château Lagrange, Les Fiefs de Lagrange es un vino encantador desde su edad más joven. Está compuesto por aproximadamente un 65% de Cabernet Sauvignon, un 30% de Merlot y un 5% de Petit Verdot, de vides que crecen sobre suelos cascajosos de origen "gunziano". Las uvas se cosechan a mano y luego se seleccionan cuidadosamente en la bodega. Tras una vinificación tradicional, el vino realiza una crianza de 12 meses en barricas de roble francés, el 25% de las cuales son nuevas. El vino es sólido, de color intenso gracias a su color oscuro con reflejos violáceos. Su nariz es intensa, marcada por cereza negra, regaliz y crema de grosella negra. En boca, este vino está dotado de una hermosa potencia Medoc, manteniendo una agradable frescura. Muestra una hermosa regularidad entre sus añadas, gracias a una selección de una severidad notable. A medida que envejece, evoluciona hacia una delicadeza y un refinamiento aún mayores. Para aprovechar todo su potencial aromático, decántalo una hora antes y pruébalo a 17 grados, acompañado de una buena tabla de quesos.