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Los viñedos de las Corbières son históricos, se remontan a los romanos, incluso a los focenses cuando colonizaron el sureste de La Gaulle. Los vinos blancos tienen caracteres fuertes y diversos, en función de los terruños que se han identificado y delimitado; son 11: Boutenac, Durban, Fontfroide, Lagrasse, Lézignan, Montagne d'Alaric, Quéribus, Saint-Victor, Serviès, Sigean, Termenès.
El vino blanco de Corbières, a menudo se elabora con una dominante de garnacha blanca, complementada por otras variedades de uva conocidas como accesorias. Su vestido es amarillo pálido, sus reflejos son verdes, es límpido y brillante. La nariz se abre con notas de frutas de carne blanca y flores. La boca es densa, redonda, con el lado tenso y bien afirmado de la garnacha, el final es mineral con un pequeño lado anisado. Lo mejor es beber estos vinos blancos en su juventud o esperar 3 años en la bodega.
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